sábado, 24 de febrero de 2007

Este Atleti...

Parecía que esta noche sí. Ya tocaba. El Manzanares a reventar, el ambiente de las grandes ocasiones, el equipo metido en el partido... y hasta el Niño logró ver con nitidez la portería del Madrid. Aún me pica la garganta de cantar el gol. Pero esta noche no. Tampoco ha podido ser. Nos birlaron el segundo gol, legal a todas luces, entre árbitro y juez de línea (también lo canté, o sea que me pica por los dos), y se sucedieron las faltas del increíble Balón de Oro Cannavaro, una tras otra, demorándose la expulsión hasta los últimos minutos. Fue entonces cuando apareció el eterno salvador Casillas, y la afición colchonera abandona a esta hora el estadio sabiendo que los merengues han escapado vivos y coleando, y que el trencilla ha tenido mucho que ver, como manda la tradición. El fatalismo que nos acompaña hoy ha vivido un nuevo capítulo. Dormiré con la rojiblanca soñando victorias que ya se echan de menos.

jueves, 22 de febrero de 2007

El estudiante de Salamanca

Estaba echando un vistazo ahora al complicado cuadrante de resultados de la primera vuelta de las elecciones a Rector de la Universidad de Salamanca. Dividido el censo en siete sectores, con sus respectivas ponderaciones, descubro que pertenezco al que ha registrado menor porcentaje de participación, el de los estudiantes de pre-grado. Ni cinco mil alumnos hemos votado de los más de veintisiete mil llamados a hacerlo. Nada que ver las mesas de las facultades con el bullicio de esta mañana en Libreros, con todo el profesorado acercándose a las Escuelas Mayores. El estudiante de Salamanca hoy apenas ha opinado, y en la segunda vuelta, que se presenta muy favorable al candidato Alonso frente al actual Rector Battaner, no creo que vayamos a ser muchos más los votantes. Nuestro voto vale poco, pero cuenta más, por ejemplo, que el de la mayor parte de los profesores que nos imparten prácticas. Vale algo, y a la urna lo he mandado recordando aquella primera lección universitaria que me obsequió con el tema 1 de Bioquímica. A mí no me lo hacen a la puerta de casa... y tampoco me gusta el "botellón".

martes, 20 de febrero de 2007

Alcina

Me decía mi acompañante de esta tarde, diestro en ambas lides, que los instantes anteriores a que se abra el telón le recuerdan a los previos a la apertura de la puerta para salir en procesión. Y sí, claro, teatreros somos, unos y otros, y en el camino nos encontramos, sea para ensalzar lo divino o para recrearnos en lo profano. Este Martes de Carnaval hemos disfrutado con lo segundo, en la cuasidesnudez de los cuerpos atrapados en el reino de Alcina y en la levedad de las almas, envueltas en pasiones confundidas que desembocan, como no podía ser de otra manera, en el triunfo del bien sobre el mal por medio del amor. El pan nuestro de cada día y las migas nuestras de cada noche. Así cantaban los "stigios" entunicados cuando Ruggiero, la dulce Amparo hoy barbuda, rompió el hechizo de Alcina: Dopo tante amare pene, già proviam conforto all'alma; ogni mal si cangia in bene, ed al fin trionfa amor. Fortunato è questo giorno, che ne reca bella calma, dell'inganno e insidie a scorno già festeggia il nostro cor. Después de tan amargas penas, nuestro espíritu se consuela y todo lo malo se transforma en alegría, pues al final triunfa el amor. Dichoso sea este día, que nos trae la paz despreciando las intrigas y mentiras. Nuestros corazones están en fiesta. Haendel concluyó Alcina el Miércoles Santo de 1735, y a la semana se estrenó en el Covent Garden de Londres. Anoto la ópera barroca en mi cuaderno de placeres a no desatender.

viernes, 16 de febrero de 2007

Encuentros en la berrenda fase

Berrenda: manchada de dos colores por naturaleza o por arte. Le va. Porque en su capa se funden sin confundirse las nanas de Ribadelago y las chirigotas del Falla, la Esperanza de su mantilla subiendo Balborraz y el Jesús de sus banzos llegando a San Atilano, los naturales y los volapiés cambiando el burladero por los medios, los envidos de madrugada y los madrugones para desayunarse con el Resucitado, las calles de Carrión que seguro algún día compartimos... Nos manchó la berrenda Ana con sus piedras parlantes hasta las tantas y supimos que no había que limpiarse. Y la próxima vez que vayamos al Carranza, no se quitará la bufanda amarilla, porque la fundirá con la blanquinegra, enjoyando un poco más la capa más berrenda de Zamora.

sábado, 10 de febrero de 2007

Nombres para el Viernes Santo

Decís los no cofradieros que escribo mucho de Semana Santa y os respondo, cargado de razones, que no es así, que para eso tengo el famoso foro, pero permitidme hoy que haga una excepción sin que sirva de precedente. Con la venia.

La cuestión es que tengo un buen amigo encargado de escribir un par de páginas sobre el Viernes Santo para la revista de la Cofradía. Concretamente, sobre este próximo Viernes Santo. Y me preocupa que no puedan llegar sus palabras a tiempo para ser publicadas o que, en su defecto, las que lleguen sean fruto de especulaciones o deseos, de posibilidades o intuiciones. Que también me encantaría leerlas, por supuesto. Escribir sobre el próximo Viernes Santo salmantino, a menos de dos meses, es toda una aventura. Por ejemplo: anoche la Junta de Cofradías rechazó la propuesta de los hermanos de la Vera Cruz sobre un acto, el Descendimiento, que esta cofradía creó en 1615 y que la Junta, fundada en los años cuarenta del pasado siglo, recuperó y viene organizando conjuntamente con la Vera Cruz. Pues bien, la citada Junta asume la "propiedad" del acto, niega la co-titularidad pedida por Vera Cruz y desestima ubicarlo en su escenario natural y original del Campo de San Francisco, donde incluso hubo una construcción ad hoc única en la ciudad. La asume de una manera temeraria, pues ni se incluye en sus Estatutos, ni, a menos de dos meses del acto, cuenta con las imágenes necesarias para realizarlo. A quien, se supone, deberá solicitarlas es a una cofradía cuyos acuerdos de Junta General no son tenidos en cuenta por el Pleno, donde uno se manifiesta enamorado del cimborrio de la Torre del Gallo para disfrazar la incoherencia de abogar por la unidad de una procesión ignorando la importancia del paso titular, otros votan para decidir sobre un acto al que no van ni irán, el de más allá piensa que al fin y al cabo tiene instalada una mesita petitoria (en el mejor de los casos) en la Catedral... ¿Surrealismo? No, "semanasanterismo" salmantino.

Por eso, y por lo de la tarde, y por todo, pienso en mi amigo el encargado de escribir, y pienso en nombres para el Viernes Santo, y se me ocurre que si en la mañana va a reeditarse el EXILIO de los cofrades que habrán / habremos de acudir al recóndito Patio Chico, supongo que menos que nunca, la tarde ha de constituir el ÉXODO liberador que nos afirme como Cofradía de la Vera Cruz.

martes, 6 de febrero de 2007

Médicos en apuros














Prefiero no escribir sobre la patética guerra de cifras de manifestantes y apropiación/dejación de himnos y banderas con que los que nos suponemos demócratas estamos respondiendo a la estrategia destructora de España de los terroristas y sus simpatizantes, pero sí pienso a menudo en los médicos, enfermeras y resto de profesionales sanitarios responsabilizados de la atención al recluso Iñaki de Juana Chaos. Este miembro de ETA ha asesinado a 25 personas y fue condenado a 3000 años de prisión, pero cumplidos 18 iba a quedar en libertad y recientemente ha sido condenado por escribir varios artículos con lindezas como "las lágrimas de las familias de las víctimas son las que me animan", o algo por estilo. En fin, un claro caso de reinserción y arrepentimiento. Mencionaba a médicos y enfermeras, los del hospital madrileño Doce de Octubre (qué ironía), porque este individuo de mirada desafiante lleva desde noviembre en huelga de hambre para protestar por lo que él entiende una clara muestra de la opresión del "estado español" contra su persona. Los médicos en apuros quieren saber si podrán sedarle en caso de necesidad para salvarle la vida, ya que el tipo se quita cada dos por tres la sonda nasogástrica que le nutre. Los médicos en apuros están con un ojo puesto en las analíticas y otro en los autos de la Audiencia Nacional. Los médicos en apuros aguantan el circo que rodea a su paciente, mártir de la mentira y protagonista de las portadas. Los médicos en apuros se mueven entre policías, abertzales y periodistas del Times que no se sabe muy bien qué pintan en la habitación del asesino. Los médicos en apuros se debaten entre el Juramento Hipocrático y la más humana de las debilidades.

viernes, 2 de febrero de 2007

Rodar la naranja

La vida para un niño en Carrión de los Condes, "la muy noble y leal ciudad", era de lo más entretenida. Al llegar estas fechas no hacíamos otra cosa que pensar en la fiesta de San Blas, protector contra los males de garganta, que en este paraje palentino, como en muchos otros lugares, lleva de la mano la más genuina tradición popular del hombre que ya vislumbra la primavera, iluminado por las hogueras de San Antón y los cirios encendidos de la Virgen de las Candelas. El cuerpo se despereza, aburrido del invierno, y busca indicios de nuevas esperanzas en el resurgir de la naturaleza. Debían ser muchas las ilusiones infantiles, pues en el colegio Sor Susana y compañía nos dejaban salir pronto, a eso de las cinco, para poder disfrutar de nuestra fiesta antes de la anochecida, implacable todavía a estas alturas del año en Tierra de Campos. Abandonábamos el aula presurosos, y en la cartera, además de aquellos libros de "Lengua", "Mate", "Soci"..., el habitual bocadillo y la extraordinaria naranja, o mejor naranjas. Sí, naranjas por San Blas. Me explico. El primer destino de la chiquillada era el Monasterio de las Claras, el de la fotografía. Cuando llegábamos se estaba celebrando la Misa del santo, y tras ella se daban a besar las reliquias de San Francisco y Santa Clara, fundadores de la familia franciscana, y de San Blas, para alejarnos de faringitis, ronqueras y demás afecciones. Esto, unido a la gargantilla, garantizaba el éxito en la profilaxis. Cumplimentada la secular veneración del hueso de San Blas, se llenaban las eras cercanas para completar el rito de cada 3 de febrero. Todos a rodar la naranja, a deslizar nuestros cítricos bien escogidos por el verde, aprovechando las pendientes y desencadenando una batalla tan pacífica como divertida. Con la huida del sol se daba por finalizado el combate, o siendo más preciso, se aplazaba hasta el año próximo. Rodar la naranja en las eras de Carrión se hace desde que, según la leyenda, llegó a la ciudad el Cid Campeador, tras conquistar Valencia, cargado de naranjas para ofrecérselas a sus hijas, Doña Elvira y Doña Sol, casadas con los Infantes de Carrión. Al no encontrarlas allí se enfureció y arrojó el cargamento frutal en las eras. Los niños, atraidos por aquel producto exótico, se lanzaron a por las naranjas y comenzaron a jugar con ellas, mientras Don Rodrigo Díaz se quedaba afónico de tanto gritar contra los yernos. Pero antes de salir pasó por las Claras, besó la reliquia de San Blas y recuperó la voz. Milagro divino a través del santo y divertimento popular: todos los ingredientes para consolidar una fiesta, aunque ni las hijas del Cid (Cristina y María, en realidad) se casaran con los Infantes ni el monasterio pudiera ser visitado por el caballero de Vivar, pues se fundó en el siglo XIII. Pero... ¿y lo bien que nos lo pasábamos? Tengo que volver pronto a Carrión.